En el episodio anterior, te hablaba de todas las ventajas que te puede aportar el ejercicio de realizar tu vision board.
La última que te nombraba es la magia que tiene este ejercicio. A mí me conecta con la palabra magia porque, trabajando el vision board, se activan una serie de acciones e impulso en nosotros (a veces de manera más inconsciente que consciente) que hacen que pasemos de A a B, casi como por arte de magia.
A principios de año hacemos nuestro ejercicio, dejamos plasmadas todas las cosas que queremos que se manifiesten en nuestra vida a lo largo de los próximos meses en imágenes y, de vez en cuando, les vamos echando un ojo. Y de repente, un día de estos que pasamos la mirada por nuestro vision board, nos damos cuenta de que hace unas semanas vivimos algo muy parecido a lo que estaba plasmado en una de las imágenes.
¿No te parece mágico? Ya sabes que todo esto tiene, por supuesto, una explicación racional y lógica, que te conté en el post de la semana pasada, pero, en mi opinión, no le quita magia al asunto. Que nuestro cerebro sea capaz de desencadenar ciertos procesos que permitan que aquello que visualizamos y plasmamos en un ejercicio, se convierta en una realidad en nuestra vida, me parece mágico de por sí.
En el post de hoy, quiero contarte tres ejemplos anecdóticos de este tipo de magia, que se dieron en mi ejercicio de vision board de 2021 y en el de mi amiga Cintia, para ejemplificarte de forma más visual a qué me refiero:
Te animo, de verdad, a que te empapes de este y los últimos dos episodios, para poner en práctica este ejercicio y vivir la magia que tiene.
¡Nos vemos la semana que viene!
Nora.
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