Agosto es un mes en el que, por norma general, los ritmos cambian. Independientemente de que tengas vacaciones durante este mes del año o no, suele ser un mes en el que la vida está diferente y eso afecta principalmente a nuestras rutinas.
Cuando estamos trabajando en algún hábito en particular, que llegue agosto y su cambio de ritmo, puede venirnos algo en contra, al hacer que perdamos la rutina que estábamos creando con ese hábito. Por eso, es interesante que tomemos consciencia de cómo vamos a vivir cada uno de nosotros este mes, qué cambios puede implicar en nuestras rutinas y cómo podemos adaptarlas para poder mantener mínimamente el ritmo que llevamos conseguido con nuestro hábito, sin frustrarnos ni sentir que, a la vuelta en septiembre, tendremos que empezar de cero de nuevo.
¡Nos vemos la semana que viene!
Nora.