¿No te da la sensación a veces de que cometes los mismos errores recurrentemente? ¿De que no aprender suficiente de tus experiencias pasadas? ¿De que si tuvieras en cuenta esas experiencias un poco más, te ahorrarías algún que otro disgusto?
Lo sé, a todos nos pasa, porque eso forma parte de nuestro proceso de aprendizaje. Igual que el niño pequeño tiene que caerse varias veces al intentar levantarse antes de poder andar como un pro, nosotros tenemos que darnos margen de aprendizaje con muchas de nuestras experiencias en nuestra vida. Y culparnos porque no hemos aprendido de la lección anterior, no es útil en el momento en en que nos estamos tragando la siguiente, te lo aseguro.
Dejar de tropezar varias veces con la misma piedra es, a veces, inevitable, pero cuanto más y mejor aprovechemos el camino recorrido, más preparados estaremos para la siguiente piedra que nos encontremos, del mismo tamaño, forma y color.
Hoy quiero compartir contigo un proceso de 3 fases que puede ayudarte a trabajarte un poco más en el camino, y a tener la sensación de que vas aprendiendo de tus experiencias, aunque sea a paso de tortuga.
Un abrazo fuerte, y ¡nos vemos la semana que viene!
Nora.