Hace unos días, en una de las reuniones grupales, hablábamos de la dificultad que tenemos a veces, para seguir nuestro orden de prioridades. En este caso lo aplicábamos al emprendimiento, pero en seguida pudimos ver que lo que afecta en este caso en particular (clientes, tareas urgentes…) puede extrapolarse a cualquier otro trabajo (urgencias que vienen desde cargos superiores, imprevistos de última hora…) o incluso a cualquier otro ámbito (propuestas de planes, ocuparte de una tarea de un familiar…).
Sentir que nuestra lista de prioridades depende absolutamente del ritmo que se marca fuera o que nos marcan los demás, nos hace ir a salto de mata, perder nuestro foco y hacer que sintamos que vamos en contra de nosotros mismos, al saber que nos estamos ocupando de cosas que no son precisamente aquellas a las que querríamos dar prioridad.
Por eso, hoy te traigo un ejercicio práctico para que consigas priorizar tus prioridades.
¡Nos vemos la semana que viene!
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